Una de las principales cosas que los expertos recomiendan para todas las personas mayores, es que continúen con la actividad física o cualquier deporte. Es por eso que resaltaron una rutina especial para todas las personas mayores de 45 años.
A partir esta edad, el cuerpo experimenta modificaciones que pueden afectar la estabilidad, el control postural y la confianza al momento de desplazarse. El sedentarismo y la pérdida progresiva de masa muscular aumentan el riesgo de caídas y reducen la independencia en las actividades cotidianas. Incorporar una rutina de entrenamiento para mayores de 45 años se vuelve clave para sostener la movilidad, la fuerza y la autonomía.
Los especialistas concuerdan en que la prevención de accidentes y la mejora de la calidad de vida pasan por fortalecer el core, que engloba la musculatura abdominal profunda, el suelo pélvico y la región lumbar. El entrenamiento regular de estas zonas favorece una columna alineada, caderas estables y piernas fuertes, mejorando el desempeño funcional y la capacidad de reacción frente a situaciones imprevistas, como tropiezos o cambios de terreno.

Pilates y control corporal: el método más recomendado para fortalecer el equilibrio después de los 45
El Pilates se consolida como la disciplina sobresaliente recomendada por expertos para personas a partir de los 45 años. La metodología prioriza el trabajo consciente del cuerpo por medio de movimientos lentos y controlados, estimulando la propiocepción, la coordinación y la fuerza de las cadenas musculares profundas. Mantenerse activo con este sistema corrige posturas viciadas por la vida sedentaria y ayuda a prevenir molestias articulares y lesiones por sobrecarga.
La rutina de Pilates, enfocada en la activación del core y la respiración controlada, genera mejoras comprobadas en el equilibrio estático y dinámico. Esta disciplina puede complementarse con prácticas como yoga, tai chi o caminatas en línea recta, que refuerzan la movilidad general y el bienestar mental. La combinación de estas actividades permite adquirir y sostener una movilidad eficiente, clave para evitar caídas y mantener la independencia funcional durante la longevidad.

Paso a paso: cómo iniciar una rutina segura y efectiva para mayores de 45 años
El primer paso es realizar una evaluación inicial de la postura, la movilidad articular y la estabilidad básica. Es fundamental definir objetivos personalizados y trabajar los principios centrales: respiración adecuada, concentración y control del centro corporal.
La activación del core debe iniciarse con ejercicios suaves de alineación de columna, estabilidad lumbar y fortalecimiento abdominal profundo, bajo supervisión profesional. Los movimientos deben ser lentos y conscientes para aumentar la propiocepción y reducir el riesgo de lesiones. A lo largo de la rutina se aconseja corregir la técnica de manera presencial o virtual, según el acceso y las posibilidades individuales.
La adaptación del entorno doméstico también cumple un rol esencial: eliminar obstáculos, asegurar buena iluminación y verificar el estado de la visión y audición son acciones preventivas clave. Los profesionales recomiendan incorporar ejercicios cortos y frecuentes, ajustar la intensidad con el paso del tiempo y sumar actividades complementarias para mantener la motivación y los logros.


































