La perseverancia rosarina no tiene límites cuando se trata de Lionel Messi. Tras varias jornadas de guardia bajo el sol en la entrada del country Kentucky, un fanático local llamado Juan logró lo que parecía imposible. El joven, que se mantuvo firme en el ingreso al predio donde el capitán de la Selección pasa sus días, vivió una mañana cargada de adrenalina que terminó de la mejor manera gracias a un gesto de humildad que ya es marca registrada de la familia Messi.
El momento del encuentro fue digno de una película y ocurrió justo cuando las posibilidades se agotaban. Juan confesó que su teléfono celular tenía apenas el 1% de batería cuando vio que el vehículo del astro se aproximaba a la salida. “Fue un milagro de Dios”, relató el joven con una gran emoción tras haber pasado horas de incertidumbre.
La señal de Antonela y un botín de cuatro camisetas firmadas
La clave del éxito no fue solo la espera, sino la intervención de Antonela Roccuzzo. Según detalló el protagonista, fue la propia esposa del diez quien, al notar su presencia constante, le hizo señas desde el interior del auto para que se acercara a la ventanilla. Ante el gesto de Antonela, Juan avanzó y se encontró cara a cara con Lionel, quien con total naturalidad accedió a saludarlo y a dedicarle unos minutos a pesar de la custodia y el movimiento habitual del lugar.

El encuentro no terminó solo en un saludo protocolar, sino que Juan se llevó un tesoro que guardará para siempre. El capitán argentino le firmó tres camisetas, coronando así una jornada que se volvió viral en las redes sociales de Rosario.
Este episodio vuelve a poner de manifiesto el vínculo especial que el mejor jugador del mundo mantiene con su ciudad y su gente durante sus vacaciones. Lejos de las luces de Miami o Europa, en las afueras de Rosario, Messi elige la cercanía con aquellos que lo esperan con respeto. Para Juan, la espera valió la pena y el 1% de batería fue suficiente para capturar el recuerdo que guardará para siempre en su corazón.
































