El gobierno provincial de Santa Fe confirmó que a partir de septiembre, la Policía comenzará a portar pistolas Taser, especialmente en Rosario y la capital provincial, en lo que representa una apuesta por armas de baja letalidad como parte de su política de seguridad.
Las compras, realizadas tras una licitación impulsada por el gobernador Maximiliano Pullaro, incluyeron 100 pistolas Taser y 100 lanzadoras Byrna. Estas últimas disparan proyectiles no letales con potencial irritante.

El subsecretario de Tecnología y Equipamiento, Armando Faraoni, detalló que la capacitación consta de dos etapas. En la primera, teórica, los agentes reciben formación sobre el uso del arma tecnológica, que cuenta con giroscopio, mira láser e integra registro completo de uso.
La segunda etapa es práctica: los policías realizan disparos a siluetas, practican desenfundes y transición entre arma de fuego y arma no letal. Incluso, y de modo intencional, los instructores reciben descargas taser durante la formación, explicando los efectos para generar conocimiento real y responsabilidad.
Actualmente, cuatro capacitadores forman a 15 instructores, quienes luego replicarán la capacitación en toda la provincia. La formación respetó protocolos estrictos, incluyendo zonas delimitadas de práctica y observación especial.

Así funcionan las pistolas Taser que llevarán los policías en Rosario
Cada Taser tiene un alcance recomendado de entre 3 y 12 metros. Las armas estarán acompañadas por bodycams (cámaras corporales) que registrarán todo uso, como medida de transparencia y protección ante eventuales denuncias.
Además, se adquirió equipamiento complementario: 200 cámaras corporales y 600 cartuchos adicionales para garantizar operatividad continua de la fuerza.

La implementación será progresiva: desde septiembre se activan en Rosario y Santa Fe, con posibilidad de extenderse a otras regiones. El anuncio apunta a una estrategia de contención intermedia, reteniendo una opción menos letal para enfrentar situaciones de riesgo.
Sin embargo, organizaciones de derechos humanos ya elevaron cuestionamientos. Argumentan que las Taser pueden constituir instrumentos de tortura o causar daño significativo, alertando sobre posibles abusos si no hay supervisión estricta.