Cerró el boliche OMI de Lanús, tras la batalla campal del fin de semana

La decisión fue anunciada en redes sociales. El conflicto se había desatado tras la agresión de un patovica.

Cerró el boliche OMI de Lanús, tras la batalla campal del fin de semana
Batalla campal en un boliche de Lanús

OMI de Lanús, uno de los boliches más conocidos de zona sur, anunció su cierre este miércoles, luego de estar en boca de todos por la batalla campal que se desató en sus instalaciones el pasado fin de semana.

“Nos vamos. Después de 7 años de trabajo y sacrificio, hoy nos vemos obligados a tomar una decisión que lamentamos mucho. Frente a una situación que nos es completamente ajena, OMI decide cerrar sus puertas”, señalaron en un comunicado.

Y agregan: “Hicimos todo con muchísimo amor. Agradecemos a todos los empleados, clientes y amigos que fueron parte todo este tiempo. Algunos compartirán nuestra tristeza, otros tal vez no, pero nos vamos orgullosos del éxito construido”.

En los comentarios las opiniones eran variadas. Estaban quienes lamentaban su cierre por ser un lugar ideal para +30 como también un espacio abierto para la movida tropical. Por otra parte, muchos usuarios señalaron que el lugar se caracterizaba por discriminar en la entrada o a quienes eran de la comunidad LGBT+.

Qué pasó el fin de semana en OMI de Lanús

Hay versiones encontradas respecto de lo que sucedió en el boliche y que derivó en una brutal disputa entre bandas. En principio, un cliente habría empujado sin querer a otro y, aunque le pidió disculpas de inmediato, el personal de seguridad comenzó a seguirlos con actitud hostil.

El conflicto escaló hasta que finalmente uno de los patovicas le pegó por la espalda al chico en cuestión. Dicen que a partir de eso, uno de los clientes arrojó un vaso por el aire, hiriendo a una de las empleadas.

Por otro lado, desde el boliche aseguran que la pelea fue entre dos bandas y que “de buena manera” el personal de seguridad intentó separarlo. El conflicto continuó afuera, donde se ve claramente a un grupo de jóvenes rompiendo maceteros y arrojando todo a su paso contra los ventanales.