Revelaron un inesperado vínculo entre el triple crimen de Florencio Varela y el doble femicidio de Pablo Laurta

Una criminóloga reveló detalles que relacionan a ambos crímenes tras conocerse el perfil psicológico del uruguayo Pablo Laurta.

Revelaron un inesperado vínculo entre el triple crimen de Florencio Varela y el doble femicidio de Pablo Laurta
Pablo Laurta

La criminóloga Olga Fernández Chávez analizó el perfil psicológico de Pablo Laurta, el hombre acusado de asesinar a su expareja, matar a otra mujer y secuestrar a su hijo de 6 años, y trazó un impactante paralelismo entre ese hecho y el triple crimen de Florencio Varela, donde fueron torturadas y asesinadas Lara, Morena y Brenda.

En diálogo con LN+, la especialista sostuvo que Laurta se habría “inspirado” en el crimen de las tres jóvenes, ejecutado por una banda narco, para intentar conseguir impunidad. “Es común que personas de su personalidad tomen un caso muy famoso como ese y lo copien para lograr impunidad: fantasean con eso”, explicó.

Fernández Chávez recordó además que una de las madres de las víctimas de Florencio Varela había señalado que había muchos cabos sueltos, y advirtió que en el caso de Laurta ocurre algo similar. “En ambos hechos, los perpetradores vieron a las personas como objetos a los que robaron y luego mataron. Hacer eso no es sencillo”, afirmó.

Respecto del perfil del doble femicida, la criminóloga se refirió a una de las declaraciones más perturbadoras de Laurta, quien dijo frente a los medios: “Soy un mártir, hay que venerarme”. Según la especialista, esta frase refleja un delirio de grandeza con rasgos paranoides: “Él se ve como alguien que merece ser venerado, porque cree que se sacrificó por el bien de su hijo”.

En cuanto a su responsabilidad penal, Fernández Chávez aclaró que el hecho de que sufra una psicosis transitoria no lo convierte en inimputable. “Era plenamente consciente de lo que hacía”, aseguró, y concluyó: “Mucha gente confunde justicia con venganza, especialmente cuando tiene rasgos como los de Laurta”.

El análisis de la criminóloga pone en foco cómo ciertos asesinos reproducen patrones de crímenes mediáticos, no solo por su violencia, sino también por el deseo de emular el impacto social y simbólico de esos casos.