Tenía casa, pero a los 5 años empezó a dormir en la calle: “Yo no entendía nada”

Karen Cooper tenía cinco años cuando su papá la sacó de la casa y la llevó a dormir en la calle.

Tenía casa, pero a los 5 años empezó a dormir en la calle: “Yo no entendía nada”
Historia de vida.

Karen Cooper tenía cinco años en 2011, cuando su padre le propuso salir a pasear y su vida cambió para siempre. Esa tarde fue el inicio de seis años viviendo en la calle, hasta la reconstrucción actual con 19. Su historia está marcada por el abandono, la violencia y el abuso, pero fundamentalmente por la búsqueda de un futuro mejor y de resiliencia.

“Dormíamos en plazas con cartones y frazadas. Yo no entendía nada”, le contó Karen a Infobae, quien pasó su infancia entre Barrancas de Belgrano y el Parque Los Andes, en Chacarita. En esos lugares soportó el frío, el hambre y la vergüenza de ser vista por sus compañeros de escuela.

Una infancia interrumpida

Desde su nacimiento, su vida fue compleja; padres separados, madre ausente y una abuela con malos tratos. Su papá decidió llevarla a vivir con él a Turdera y cuando su vida parecía acomodarse, antes de cumplir seis años, empezaron las noches en la calle.

“Al principio pedía moneditas, después me hizo inventar historias para que la gente me diera más plata”, explicó recordando que su padre la impulsaba a pedir dinero en los trenes para sobrevivir, mientras dormía en un cartón y se bañaba en las fuentes de una plaza.

La escuela como refugio

A pesar de todo, ella seguía yendo todos los días a la escuela pública donde encontraba un lugar de contención. Un plato de comida caliente, un espacio para compartir y actividades que la hacían sentir parte. De todas maneras, también tuvo que enfrentarse al bullying de los compañeros que la veían dormir en la plaza: “Siempre quise ser igual a mis compañeritos”, reconoció.

Historia de vida.
Historia de vida.

A los 15 años, Karen volvió a su casa y se dio cuenta de que su cuarto seguía intacto desde que se había ido. La convivencia con su padre, ya sumido en el alcohol, terminó con episodios de violencia física, hasta que después logró independizarse y comenzar un camino propio.

En principio, la bronca hacia sus padres y su familia ausente era un sentimiento que tenía, pero procesó lo vivido, aunque no fue fácil y encontró la fe como sostén: “Entendí que el perdón no es olvidar, sino soltar para poder seguir adelante”, explicó.

Su vida ahora: ayudar a otras mujeres

Actualmente, Karen es mentora y acompaña a mujeres que sufren duelos, desamores o buscan reencontrarse con ellas mismas. Estudió coaching y psicoterapia, para poder transformar su dolor en una herramienta inspiradora para otros. “Logré convertirme en la mujer que soñaba ser. Sé decir ‘hasta acá’, sé lo que quiero y lo que no. Lo principal era sanar y lo alcancé”, aseguró.

Historia de vida.
Historia de vida.