Como cada 29 de septiembre desde el 2000, se conmemora el Día Mundial del Corazón. Este día, instaurado por la Federación Mundial del Corazón junto con la OMS, tiene el objetivo de generar conciencia sobre la prevención de las enfermedades cardiovasculares, que aún son la principal causa de muerte en el mundo.
Los factores de riesgo clásicos como la hipertensión, el colesterol alto, la diabetes y el tabaquismo siguen siendo prioritarios, los especialistas advierten que hoy emergen nuevos riesgos que requieren atención urgente.
Factores de riesgo tradicionales del corazón
Durante mucho tiempo la medicina se enfocó en los factores de riesgo más conocidos:
- Hipertensión arterial
- Diabetes
- Colesterol elevado
- Tabaquismo
Estas condiciones han sido ampliamente estudiadas y forman parte de los programas de prevención en todo el mundo.

Los nuevos factores de riesgo cardiovascular en 2025
Más allá de los tradicionales mencionados, según la Dra. Susana Ginestar, cardióloga de Boreal Salud (M.P. 4738), los riesgos emergentes hoy tienen un peso creciente en la incidencia de infartos, ACV e insuficiencia cardíaca.
- Contaminación ambiental: la exposición al aire contaminado se ha asociado con un mayor riesgo cardiovascular.
- Soledad e insomnio: la falta de interacción social y los problemas de sueño son factores de riesgo que contribuyen a las enfermedades del corazón.
- Dislipemia heterogénea: esta condición se caracteriza por niveles elevados de LDL (colesterol malo), de triglicéridos y bajos de HDL (colesterol bueno), lo que incrementa el riesgo cardiovascular.
- Marcadores genéticos y de inflamación: la presencia de factores de riesgo genéticos y marcadores de inflamación puede predisponer al desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
- Estrés crónico: el estrés prolongado y otras condiciones emocionales pueden desencadenar un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas.
Un desafío social además de sanitario
Además, los expertos advierten sobre las mujeres sostén de familia, que suelen ser uno de los grupos más vulnerables. Al no tener tiempo y recursos económicos, se dificulta el acceso a los controles médicos, mientras que la sobrecarga emocional puede terminar en obesidad, ansiedad y mayor riesgo cardiovascular.

Más allá de la efeméride, el Día Mundial del Corazón busca visibilizar tanto los riesgos clásicos como los emergentes. Reconocer la importancia de la obesidad, la contaminación, la soledad y el estrés es clave para diseñar políticas preventivas y reducir la carga de enfermedades cardíacas en todo el mundo.