Diciembre suele llegar con un clima de balance y transición: las obligaciones diarias se relajan y reaparecen rituales que invitan a acomodar lo vivido durante el año.

En ese contexto, muchos buscan alinearse con la energía del cierre de ciclo para dejar atrás lo que pesa y abrirle espacio a lo que viene. Más que una cuestión mística, es el ambiente general el que favorece las decisiones y los propósitos para el nuevo año.
Paso a paso: cómo se hacen los rituales para atraer abundancia en diciembre
El solsticio del 21 de diciembre, aunque en el trópico no marque cambios de estación, suele asumirse como un punto de renacimiento en distintas tradiciones. Astronomía y costumbres populares se entrelazan en prácticas simples: el 1° del mes se considera ideal para abrir ventanas, mover objetos y “barrer” energías antiguas; algunas personas incluso soplan canela desde la entrada del hogar para atraer prosperidad.
Once días más tarde, con la luna en cuarto menguante, muchas corrientes sugieren aprovechar ese clima para soltar cargas. El 11 aparece como una fecha propicia para ordenar documentos, revisar pendientes y tomar decisiones sin apuro. Es un día usado para despejar ambientes y pensamientos, descartar lo que dejó de servir y preparar terreno para los cierres del final de año.

El 12 es visto por muchos como un portal energético: una jornada enfocada en la introspección, la visualización de metas y la planificación concreta. Quienes practican la manifestación recomiendan imaginar sensaciones, proyectar detalles y dejarlos por escrito. Una breve meditación y una lista clara bastan para alinear la intención.
La noche del 24 recupera ritos íntimos y familiares. Se sugiere escribir una intención cada día y quemarla sin releerla, como gesto simbólico de entrega. Además de ritual, ese acto favorece el desapego y funciona como puente entre un ciclo que se cierra y otro que comienza, en un clima donde tradición y significado personal se combinan sin estridencias.
































