Para la limpieza del hogar es fundamental contar con elementos que estén en muy buenas condiciones y sin ningún tipo de bacteria. Es por eso, que hay un truco casero que ayuda a limpiar las esponjas de cocina y le quita todo tipo de suciedad que puede afectar a las superficies.
En cualquier cocina, la esponja utilizada para lavar los platos puede transformarse en un foco de contaminación si no se higieniza adecuadamente. Los ambientes húmedos y los restos de comida que quedan atrapados en la estructura porosa de este objeto facilitan la proliferación de bacterias y otros microorganismos. Ante ese escenario, sumar un truco casero simple con ingredientes disponibles en casa puede ser la solución para reducir gérmenes sin utilizar vinagre ni bicarbonato.
Mantener las esponjas de cocina libres de contaminantes es esencial para prevenir la transferencia de bacterias a la vajilla y asegurar la limpieza del hogar. A pesar de los enjuagues tras cada uso, los especialistas en higiene doméstica alertan que los microbios pueden multiplicarse rápidamente en su interior. Incorporar técnicas de desinfección periódica y recambio frecuente garantiza un entorno más saludable.

El truco con sal: método sencillo para lograr una esponja más limpia y segura
La sal, utilizada tradicionalmente como conservante y desinfectante, es la clave de este procedimiento. El método consiste en sumergir la esponja en una solución densa de agua caliente y sal común. Para prepararlo, hay que llenar un recipiente con agua caliente y agregar sal hasta que se forme una mezcla concentrada. La esponja se introduce por completo en el recipiente y se deja reposar de 10 a 20 minutos; la ósmosis provocada por la sal dificulta la reproducción de microorganismos y ayuda a desprender restos de suciedad acumulados.
Finalizado el tiempo de exposición, es fundamental enjuagar la esponja con agua limpia, exprimirla suavemente y dejarla secar al aire en un ambiente ventilado. Repetir este procedimiento una vez por semana, sumado al lavado diario, colabora con la eliminación de bacterias y previene los malos olores. Además, se recomienda nunca guardar la esponja húmeda ni dejarla en contacto con agua estancada, ya que eso favorece la formación de colonias microbianas.

Por qué la sal es tan efectiva para reducir microorganismos y cómo implementarla correctamente
El uso de la sal en la limpieza doméstica se remonta a técnicas tradicionales gracias a su capacidad para absorber el agua y modificar las condiciones en las que los microbios suelen desarrollarse. La sal crea un ambiente hostil al reducir la disponibilidad de agua, lo que inhibe o elimina una buena parte de los microorganismos presentes en la esponja. Si bien esta técnica no sustituye la necesidad de cambiar la esponja cuando está deteriorada, aporta un recurso adicional para mantener la higiene entre recambios.
Para potenciar la higiene en la cocina, se aconseja complementar la técnica de la sal con el recambio regular de esponjas y una correcta limpieza de lavavajillas, mesas y utensilios relacionados. Esta rutina es especialmente útil en verano, cuando la proliferación bacteriana suele incrementarse debido al calor y la humedad.























