La reconocida locutora María Eugenia Karall murió a los 52 años, dejando una profunda huella en la radio argentina. Con una destacada trayectoria y una voz inconfundible, su fallecimiento fue confirmado por la emisora donde trabajaba. “Despedimos con profunda tristeza a Eugenia Karall, histórica locutora de Radio 10. Su voz, su calidez y su profesionalismo quedarán para siempre en la historia de la radio y en el recuerdo de quienes compartimos el aire con ella. Gracias por tanto, Eugenia”, expresaron desde la cuenta oficial de la radio en Instagram.

La noticia generó una ola de dolor entre colegas y oyentes. Compañeros de distintas generaciones la recordaron con enorme cariño, resaltando tanto su talento como su calidad humana. Débora D’Amato la describió como una “enorme compañera en el día a día, gran profesional. Amada persona. Pienso en su Lolita”, en referencia a su familia y al costado más íntimo de su vida. Por su parte, Teté Coustarot escribió un mensaje lleno de ternura: “Qué recuerdo amoroso dejás. Abrazo a la familia”.
La admirable carrera de María Eugenia Karall
Karall se graduó como locutora nacional en el ISER y, con el paso del tiempo, se consolidó como una voz emblemática dentro del equipo de Radio 10. A lo largo de su trayectoria, participó en diversos formatos: noticieros matutinos, programas de actualidad y magazines de fin de semana, además de incursionar en la radio digital y colaborar con colegas en distintos proyectos independientes.
Su profesionalismo, su dicción impecable y su compromiso con la comunicación la convirtieron en una referente muy respetada en un medio que evoluciona constantemente, pero que sigue necesitando voces con autenticidad y credibilidad.

En los últimos meses, había disminuido su actividad debido a problemas de salud, aunque continuaba en contacto con sus compañeros y seguía vinculada a la emisora. Si bien muchos conocían su situación, pocos esperaban un desenlace tan repentino.
Su muerte deja un vacío profundo en la radio argentina, no solo por su talento y experiencia, sino también por la calidez con la que supo acompañar a generaciones de oyentes y colegas, transmitiendo cercanía, respeto y pasión por su oficio.