La Fábrica Argentina de Aviones Brigadier San Martín (Fadea), emblema industrial nacional, atraviesa un panorama crítico sin antecedentes operativos ni financieros. Un informe difundido por Clarín advierte sobre el posible colapso inminente de la firma cordobesa. La situación compromete los puestos de trabajo de cientos de ingenieros y técnicos, además de poner en riesgo la capacidad funcional de la Fuerza Aérea Argentina (FAA).
Fadea se encuentra en crisis y peligran cientos de puestos
El informe detalla que la firma aeronáutica acumula una deuda de 3.800 millones de pesos por labores ya realizadas, pero no remuneradas. A ese compromiso financiero se suman más de 18 millones de dólares adeudados a proveedores, tanto nacionales como del exterior. La liquidez operativa para afrontar los gastos corrientes resulta “prácticamente nula”.
Este escenario de vulnerabilidad se deriva de la falta de contratos vigentes con el Ministerio de Defensa y la Fuerza Aérea. Además, los cambios implementados en los mecanismos de contratación bloquearon el flujo de dinero indispensable para sostener las operaciones. El texto interno, elaborado por el presidente a cargo, Emilio Magnaghi, junto al asesor Guillermo Ballesteros, señala específicamente una “paralización total en la formalización de contratos”.
La parálisis financiera tiene graves efectos que exceden los límites de la propia compañía. El documento indica que las aeronaves Grob 120TP, fundamentales para la formación de futuros pilotos, se encuentran detenidas en tierra. El motivo es la falta de cobertura de seguros y de mantenimiento adecuado. Esta interrupción perjudicó directamente los cursos de aviadores militares. De igual forma, los aviones IA-63 Pampa II/III, desarrollados por la propia institución, permanecen sin soporte técnico necesario, lo cual obstaculiza la capacitación avanzada para la incorporación posterior de los cazas F-16. De no revertirse rápidamente el panorama actual, existe una seria alarma por posibles despidos masivos o suspensiones.
A pesar de la severidad del diagnóstico oficial, la gerencia de la fábrica negó a Clarín la existencia de una “situación terminal”. Funcionarios de la industria aseguraron que trabajan junto a las autoridades federales demostrando “responsabilidad y visión estratégica”.



































