Un Instituto que había ido más decidido por el triunfo, y al que no le convalidaron dos goles tras chequeos en el VAR, por poco se queda con las manos vacías en el 0 a 0 ante Talleres, de no ser por las intervenciones de Manuel Roffo.
La del final, ante un cabezazo potente de Santiago Fernández, conviritió al arquero Albirrojo en una de las figuras de un clásico de pocas luces. “Uno valora lo personal, pero lo merecimos ganar. No sufrimos mucho. Hay que rescatar cómo jugó el equipo, esta es la manera”, destacó Roffo.
Y reconoció: “A principios de año nos planteamos un objetivo y sentíamos que estábamos para más. Cometimos errores, sí, pero siempre nos entregamos al máximo”.

“Cuando das todo, no hay nada para recriminar. Hubiese sido lindo ganar el clásico, pero no es un mal resultado. Hay que valorar al grupo, que siempre estuvo unido”, enfatizó Roffo, uno de los puntos altos a lo largo de todo el año.
EL GUSTO AMARGO PARA INSTITUTO
Nicolás Zalazar, uno de los tres zagueros de la defensa de Instituto, reconoció que esperaban más del partido contra Talleres, ante su gente en Alta Córdoba.
“Fue un partido duro. Tuvimos situaciones claras y pudimos haberlo ganado. Nos vamos con un gusto amargo”, asumió el defensor.
“Nos planteamos otras cosas. No llegamos a esa clasificación que tanto queríamos. Nos faltó más regularidad. No terminamos de la manera que hubiésemos querido”, admitió Zalazar.
También tuvo un mensaje para los hinchas, que coparon las tribunas incluso en un cierre de torneo ya sin chances de pelear por algo: “A la gente hay que agradecerle porque estuvo siempre. Están en su derecho de quejarse. Dejamos muchos puntos en el camino”.





























