“Asustás a mis clientes”: el dolor de una joven de Córdoba que tiene epilepsia y no consigue trabajo

Nayla contó que sufre una constante discriminación por su condición de salud. Cómo ayudarla.

“Asustás a mis clientes”: el dolor de una joven de Córdoba que tiene epilepsia y no consigue trabajo
Nayla junto a su pareja y su hija de 9 años. (Foto: Gentileza)

Nayla Bilavchik es cordobesa, tiene 29 años y sufre epilepsia refractaria, una condición en la que sus crisis tienen “resistencia” a los medicamentos. Además, es bromatóloga, una profesión que aún no pudo ejercer por la discriminación que recibe por su enfermedad.

La marginación que enfrenta no se limita únicamente al ámbito de trabajo, según contó a Vía Córdoba. Intentó insertarse en actividades que son parte de la vida diaria de la mayoría de las personas, como ir al gimnasio, pero continuamente le cierran las puertas.

Tiene epilepsia y sufre discriminación para conseguir empleo

La búsqueda de un puesto de trabajo resultó particularmente difícil. Ella comenzó buscando oportunidades en call centers. En uno de ellos, Nayla informó que padecía epilepsia en la instancia de estudios preocupacionales; posteriormente, la organización no se comunicó más. Asimismo, tuvo una crisis en medio de un período de prueba, algo que le costó el puesto. “No te corresponde indemnización ni saber por qué te echamos”, le dijeron en aquella oportunidad.

Nayla es técnica superior en bromatología. No obstante, le indicaron que no podía realizar ninguna tarea sola que implicara el análisis químico. Incluso en roles más sencillos, como ser secretaria en un centro de jubilados, la situación se repitió. Tras sufrir una convulsión en ese puesto, contó: “Me dijeron ‘disculpa pero no, no te podemos dejar sola, es peligroso’, y me echaron”. Asimismo, relató que el trabajo lo había conseguido a través de Plan +26 del Gobierno provincial.

Nayla junto a su pareja y su hija de 9 años. (Foto: Gentileza)
Nayla junto a su pareja y su hija de 9 años. (Foto: Gentileza)

Epilepsia y la discriminación más allá de lo laboral

La exclusión trasciende el ámbito laboral. Nayla relató que actividades sencillas se vuelven riesgosas. Contó que durante una ocasión, mientras freía milanesas, tuvo una crisis y se volcó aceite caliente sobre sí misma. Esta dificultad conlleva a una búsqueda urgente de soluciones para ella. El entorno no le facilita las puertas para desempeñarse desde su lugar como persona con una enfermedad.

La discriminación también se evidenció en un gimnasio. “Cuando fui al gimnasio Flavia Amuschastegui, en el Centro, me dio una crisis. ¿Qué me dijo la chica?, ‘no vengas mas, asustas a mis clientes’“, reveló.

El control de la enfermedad exige el consumo regular de medicación costosa. La joven detalló que medicamentos como el levetiracetam de 1.000mg tienen un valor de 250.000 pesos por caja, necesitando dos al mes. Actualmente está consumiendo lacosamida 200mg, dos dosis diarias, y cada una de las dos cajas mensuales cuesta 150.000 pesos.

Ante la constante falta de oportunidades y el miedo a asustar a terceros, Nayla busca un trabajo remoto que pueda hacer desde su casa. Debido a esta situación, la joven también brindó su alias para recibir ayuda económica que le posibilite costear sus medicamentos: nay.marti, cuenta de Mercado Pago a nombre de Nayla Bilavchik.